Llegamos a San Martín de los Andes coincidiendo con el fin de año. Teníamos previsto quedarnos un par de días y acabamos estando tres semanas. Además de encontrarnos bien a gusto a orillas del lago Lácar, en San Martín encontramos la oportunidad de vender artesanías y tocar en bares y restaurantes, coincidiendo con la temporada alta.
Como siempre, nos anima a quedarnos en los sitios la gente que vamos conociendo. El segundo día de estancia en San Martín montamos el puesto delante de la playa del Lácar. Después de un rato de pocas ventas, se acerca un artesano y le proponemos que se sume a nosotros.
Poco después viene otro amigo viajero y finalmente acabamos compartiendo el parche con Sandro, un Poc després ve un altre amic viatger i finalment acabem compartint la paradeta amb el Sandro, un artesano de la madera de Junín de los Andes, y Fernando, que construye bicicletas con cañas de bambú. Toda una experiencia que nos anima a seguir ofreciendo artesanías a los muchos tursitas que visitan esta zona del norte de la Patagonia en temporada alta.
El día siguiente nos animamos a salir a tocar a los bares y restaurantes de la ciudad, pero poco después de salir de la furgo nos encontramos con una pareja que toca en una esquina el charango y el cuatro venezolano: Matías y Mariana. Sin pensarlo demasiado me pongo a tocar la melódica con ellos, intentando seguir un tema que tocan. I nos invitan a tocar otro tema juntos.
Viendo que nos entendemos tanto en el aspecto musical como en el personal decidimos tocar los cuatro en bares y restaurantes. Después de unos días en los que ensayamos y aprendemos nuevas canciones y nos coordinamos cada vez mejor, acabamos formando un grupo: Taller de instrumentos.
Han sido tres semanas muy intensas en las que hemos salido a trabajar como músicos o como artesanos prácticamente todos los días, llegando a tocar en dos turnos: a la hora del almuerzo y de la cena. Además de ganar unos buenos pesos para seguir viajando, lo hemos pasado muy bien con la pareja de argentinos, con los que esperamos coincidir durante la ruta.
Matías y Mariana nos sugieren que otra buena fuente de ingresos para los viajeros son los malabares. Probamos algunos movimientos, pero sin duda hará falta mucha más práctica. Lo que nos queda claro es que te puedes ganar la vida de muchas maneras para continuar la ruta cuando te quedas sin dinero, ya sea parando a trabajar en algún sitio concreto o haciéndolo mientras vas rodando.
11 comentarios en “34. Música callejera y artesanía en San Martín de los Andes”
Doncs tornem en breu a passar un mes per casa, però la paternitat haurà d’esperar una miqueta encara. Jejeje!!!
Una abraçada ben gran, Josep Maria!!!
Muchas gracias Guido! Nos alegra que te guste nuestra historia y nos apuntamos también tu blog. Abrazos!!!
Sí, el mejor momento cuando tocas en bares y restaurantes es cuando ves que la gente se lo está pasando bien y nace un vínculo entre los músicos y el público. La energía te recorre todo el cuerpo y cantas hasta dejarte la voz. Entonces el público estalla y la música se convierte en algo mucho más fuerte!
Hola amigos
Estamos disfrutando de las buena ondas y ideas de su blog. Gracias por compartir esos momentos. Los videos son muy bueno y gracias por la foto de las dos camionetas…
Les deseamos mucha suerte para la Saioneta y un buen viaje para ustedes.
Que siguen disfrutando.
Abrazo
Tim y Coco
Familia, molta enveja sana pero enveja al fi i al cap.
Una abraçada molt forta i a veure si quan torneu feu avi a la vostre mare.
Salut i Independencia
Josep Maria i Antonia
Qué buena entrada! recié los descubro (creo, porque he andado por mucho blos!) y me ha encantado la entrada, y el video, y la historia, y los lugares y los personajes! Realmente muy bonito! lo comparto!! un abrazo grande y a seguir adelante!
Increíble y emocionante cuando el publico pedía otra, seguid disfrutando del camino .
Muchas gracias Mario. Intentamos seguir manteniendo el nivel de Furgoaddictes, aunque en un formato un poco diferente. Un abrazo bien grande!!!
como siempre GENIAL. Me alegro que os vaya bién
Jeje! Es la mejor recompensa para el músico itinerante, cuando a la gente le gusta y pide más!!! Un abrazo, Guillermo!!!
Y el publico conocedor, pidio otra, otra, Felicidades.