El 14 de junio del 2012 llegamos a Buenos Aires, donde nos quedamos durante un mes para conocer la ciudad y esperar a que nos llegue la furgoneta en barco desde Barcelona. Los primeros días llegamos a un poco afortunado hostel del microcentro, mientras que posteriormente nos mudamos a un albergue de San Telmo. Una vez nos llega la furgoneta nos instalamos en las calles de Agronomía y Puerto Madero y estamos unos días en Pilar, muy bien acogidos en la quinta de nuestros amigos Diego, Dafne y Vladimir.
El 17 de julio del 2012 salimos de la provincia de Buenos Aires y entramos a Entre Ríos. Paramos en Gualeguaychú, donde pasamos nuestra primera noche en la furgo fuera de Buenos Aires. Recorremos la ruta que transcurre frente al río Uruguay, pasando por pueblitos como el de Concepción de Uruguay, Rocha o San José. Finalmente, visitamos el PN El Palmar y la Aurora del Palmar, donde se preservan un buen número de palmeras yatay.
Atraídos por las historias del Gauchito Gil llegamos hasta Mercedes, donde Silvia y Fernando nos acogen en su casa de piedra y nos introducen en el mundo del chamamé. Seguimos el camino hasta Colonia Pellegrini, desde donde descubrimos los Esteros de Iberá, una de las zonas pantanosas más amplias del mundo. Antes de cambiar de provincia visitamos el establecimiento Las Marías, el punto de producción del mate Taragüí, donde seguimos aprendiendo sobre esta bebida que ya nos tiene enganchados.
Tras pasar por Oberá iniciamos la ruta de la selva. Pasamos por carreteras rodeadas de vegetación y disfrutamos de los sonidos de la selva hasta llegar a los salto del Moconá, menos conocidos que las cataratas de Iguazú, pero también con un encanto natural especial. Conducimos hasta Bernardo de Irigoyen, una de las fronteras menos concurridas con Brasil, para cambiar por primera vez de continente.
Invitados por unos amigos, Zeus y Gabriela, cruzamos a Brasil para pasar unos días en Maringá y visitar la zona natural de Tibagí. Tras degustar las delicias brasileñas -samba, caipirinha, jugos naturales y mucha fiesta, entre otras- nos entran ganas de volver a este país, aunque lo dejaremos para una nueva fase del viaje.
Nos volvemos de camino hacia Argentina para conocer las colosales cataratas del Iguazú, impresionantes tanto desde el lado brasileño como del argentino. Visitamos las misiones jesuíticas y volvemos a entrar en Corrientes, donde pasamos unos días en Ituzaingó. Desde allí emprendemos una ruta de unos 1.000 kilómetros por el Chaco hasta llegar a Santiago del Estero.
Llegamos a Santiago del Estero y Tafí del Valle, desde donde empezamos a cruzar los valles Calchaquíes. Un nuevo mundo de montañas de colores se empieza a abrir ante nosotros. Una vez en Cafayate probamos los vinos típicos de la zona y nos dirigimos hacia Salta, primero por el camino de la quebrada de las Conchas. Después retrocedemos y tomamos el camino que pasa por la quebrada de las Flechas. Pasamos unos días en Salta y nos desplazamos en un solo día hasta Iruya para asistir a sus fiestas patronales. De regreso recorremos la quebrada de Humahuaca, declarada Patrimonio de la Humanidad, hasta Purmamarca y su famoso cerro de los Siete Colores.
Llegamos Chile a través del paso de Jama, la primera vez que cruzamos los Andes, rozando los 5.000 metros de altura. Nos quedamos dos semanas y media en San Pedro de Atacama, donde empezamos a tocar en restaurantes en solitario. Atravesamos el desierto de Atacama intentando ir cerca de la costa para conseguir un paisaje un poco más variado y llegamos hasta
el valle del Elqui, donde además de hacer una cata de pisco y ver las estrellas en uno de los cielos más despejados del mundo disfrutamos del microclima de esta zona.
Pasamos por la calmada playa de Zapallar, rodeada de mansiones de lujo en su mayoría utilizadas como segundas residencias, antes de llegar a Viña del Mar y Valparaíso, donde contactamos con el club de kombis Entre Amigos para compartir nuestra afición por las furgonetas. Valparaíso nos cautiva con sus casitas de colores moteando los 42 cerros que forman la ciudad. El compañero de Entre Amigos Paulo nos acoge también en su casa, donde pasamos unos cuantos días, y nos hace un tour en su kombi T2 roja por algunos de los rincones menos conocidos.
En Santiago de Chile también nos esperan los kombinautas de Kleinbus. Uno de sus socios, Fernando, nos acoge en su casa durante nuestra estancia en la capital chilena y nos acompaña a todas partes para conocer la ciudad y hacerle algunos arreglos a la furgoneta.
Travesamos las regiones del maule y del Bío Bío para llegar hasta la Araucunía y la región de los Ríos, reconocidas por la gran cantidad de zonas termales y por albergar las araucarias milenarias, también conocidas como pinos chilenos. Nos acercamos hasta el Pacífico para conocer Valdivia y llegamos hasta Pucón y Villarrica, donde celebramos una Navidad del 2012 pasada por agua.
Nuevo año, nueva región. El 1 de enero del 2013 llegamos a la Patagonia argentina con muchas expectativas y ganas de conocer una parte del planeta del que todo el mundo habla maravillas. Cruzamos en ferry el lago Pirihueico hasta San Martín de los Andes, donde celebramos la entrada de año y nos quedamos tres semanas, tocando música en los bares y restaurantes y vendiendo artesanías. Desde San Martín de los Andes emprendemos la ruta de los siete lagos hasta llegar a Villa la Angostura, donde nos estrenamos con un concierto de una hora en el Viejo Fred. Pasamos por Bariloche, donde Flor y Matías nos acogen en su casa durante unos días. Llegamos hasta el Bolsón y el Maitén, donde descubrimos la Trochita, uno de los pocos trenes de vapor de trocha estrecha que se mantiene en funcionamiento.
A través del paso de Futaleufú, llegamos a la Patagonia norte chilena, donde recorremos un tramo amplio de la aislada carretera austral, formada mayoritariamente por carreteras de ripio y rodeada de selva valdiviana. Llegamos al Chaitén a mediados de febrero del 2013, tres años después de la actividad volcánica que azotó la zona. No obstante, todavía hemos podido apreciar los efectos del devastador volcán Chaitén, cuyas cenizas llegaron hasta Buenos Aires y Montevideo. Subimos hasta el Parque Pumalín, propiedad del multimillonario norteamericano Douglas Thompkins y empezamos a bajar hasta llegar a Villa O’Higgins, más de mil kilómetros a través de una de las carreteras más impresionantes por las que hemos pasado hasta el momento.
Tras cruzar la carretera Austral pasamos a la Patagonia sur Argentina por el paso Roballo para encontrarnos con la extensa estepa patagónica. Recorremos carreteras largas interminables, visitamos algunas de las pinturas rupestres mejor conservadas de Sudamérica, exhibiciones de doma y, por supuesto, el Fitz Roy y el glaciar Perito Moreno, dos de los iconos más importantes de esta región del mundo. Finalmente, bajamos hasta Ushuaia, la población más austral que visitamos antes de emprender nuestra ruta hacia el norte del continente.
Visitamos el parque nacional Torres del Paine en furgoneta, una experiencia única que nos ha llevado hasta el mirador Torres en la excursión más larga hasta el momento, de diez horas. Recorremos este parque increíble por carretera para ver los cuernos del Paine y el glaciar Grey.
Desde Puerto Natales tomamos un barco mixto de mercancías y pasajeros que nos lleva hasta Puerto Montt. Tres días y cuatro noches en alta mar para ver la Patagonia chilena desde los canales y los fiordos.
El cinco de abril del 2013 llegamos a la Isla Grande de Chiloé en medio de una tormenta.
En Ancud, la lluvia y la preciada hospitalidad de la gente chilota nos ha acompañado en esta isla llena de mitos y leyendas, con los que ya nos estamos empezando a familiarizar.
Castro nos ha cautivado con sus iglesias de colores y los palafitos, los palos sobre los que se sostienen las casas que hay en la orilla de los canales.
Y en Dalcahue hemos probado el Curanto al hoyo, hemos escuchado la música tradicional chilota y hemos estado en la feria artesanal, frecuentada por los artesanos del pueblo y los alrededores.
El 10 de abril llegamos a Puerto Varas y Frutillar, donde empezamos a ensayar un tema chileno para incorporarlo al repertorio musical: Loca, de Chico Trujillo. Después de visitar Petrohué e ir a la falda del volcán Osorno, volvemos a la región de los lagos argentina, para reencontrarnos con nuestros amigos Flor y Matías en Bariloche. Después, emprenderemos nuestro viaje de retorno a la Plata y Buenos Aires.
Tras pasar unos días por Cataluña, volvemos por Buenos Aires, por tercera vez en este viaje. Además de arreglar algunos desperfectos de la Saioneta, volvemos a participar en las celebraciones del aniversario del Escarabajo y visitamos el mercado de Mataderos. Ya lo tenemos todo a punto para afrontar la segunda etapa del viaje.