Germinar alfalfa u otras semillas, granos y legumbres es más fácil de lo que parece. Y es una práctica que hemos incorporado a nuestra cocina desde que vivimos viajando en nuestro vehículo vivienda. Además de complementar ensaladas u otros platos, con el proceso de germinación conseguimos platos veganos muy sabrosos, como las hamburguesas de lentejas germinadas o el queso vegano de anacardos.
Podemos germinar desde alfalfa, quinoa o amaranto hasta lentejas o garbanzos. De hecho, prácticamente puedes germinar cualquier semilla, grano o legumbre que se te ocurra. Con unos cuantos días de paciencia, tendremos listos nuestros germinados para añadir a cualquier plato que hagamos y así aportar tantísimas propiedades extras a nuestras comidas. Un complemento que además es crudivegano y sin gluten.
En este post os explicamos paso a paso cómo germinar alfalfa en nuestra furgo. Sólo necesitamos las semillas, un vaso con un trozo de tela de algodón y una goma elástica para poder tapar el vaso y algún recipiente para que el vaso quede inclinado como en 45 grados. En cinco o seis días tendremos nuestros germinados de alfalfa listos para consumir. Aquí os explicamos todo el proceso.
DÍA 1: Preparación
Qué necesitamos:
Semillas de alfalfa
En ruta no es fácil de encontrar, pero en las ciudades grandes siempre hay algún herbolario o alguna tienda naturista que venden. Éstas las compramos en una tienda orgánica de Quito, en Ecuador.
Vaso o recipiente
En él ponemos una capa de semillas que llenen el fondo, más o menos, y lo cubrimos con 2-3 dedos de agua durante 4 horas. No hace falta poner muchas semillas ya que cuando germinan ocupan mucho espacio y llenan por completo el vaso.
Un trozo de tela, goma elástica y un recipiente para aguantar el vaso
Después de 4 horas en remojo, sacamos el agua, ponemos el trozo de tela en la punta y dejamos el vaso inclinado a 45 grados. Hay recipientes específicos para germinar alfalfa, pero a nosotros este sistema también nos va fantástico. Ahí cada uno puede inventar su método.
DÍA 2: Hidratación
Después de dejar en reposo durante todo un día el vaso con las semillas de alfalfa en un lugar que no le dé la luz del sol directa, ya podemos destapar el vaso para ver cómo está el proceso.
Y como podemos ver el tamaño de las semillas ha crecido bastante y ya empiezan a germinar.
Hidratamos las semillas
Así pues, durante unos 4-5 días tendremos que repetir este proceso cada mañana, para rehidratar las semillas. Llenamos el vaso con 2-3 dedos de agua, la dejamos un minuto para que se hidraten las semillas y la retiramos con ayuda de un colador. Si queda un poco de agua no os preocupéis por que se irá escurriendo a través de la tela una vez tapado el vaso.
DÍA 3:
El cambio ya es considerable y el volumen de la alfalfa ha crecido más del doble. Repetimos el proceso de llenar de agua el vaso, dejar un minuto y volver a sacar el agua.
DÍA 4:
Hoy la alfalfa ya tiene algunos brotes verdes y su volumen es aún más grande. Volvemos a hidratar la alfalfa por un ratito y volvemos a sacar el agua y dejar el vaso con la tela a unos 45 grados.
DÍA 5:
A partir del día 5, la alfalfa ya tiene hoja verde, y ya está a punto para comer. A partir de ahí se puede dejar que crezca más, repitiendo la hidratación diaria.
¿Y ahora qué?
Los brotes de alfalfa son riquísimos solos, e ideales para acompañar platos. A nosotros nos encanta en las ensaladas y como acompañamiento para hamburguesas vegetales.
Propiedades de los germinados de alfalfa
Añadir brotes de alfalfa a tus platos, no sólo los hace más ricos, sino mucho más nutritivos. Contiene bastante calcio y fósforo, minerales que ayudan a la formación y reparación de los huesos. Tiene abundantes vitaminas del grupo B, como niacina y ácido fólico. La niacina otorga mayor sensación de energía y plenitud y ayuda a mantener el sistema nervioso en buen estado. El ácido fólico mejora la salud cardiovascular, y es especialmente necesario para las mujeres embarazadas.
Los brotes son muy ricos en vitamina C, que nos ayuda a combatir las gripes y resfriados.
También es muy rica en clorofila, que ayuda a controlar la anemia, regenera el hígado, incrementa las defensas y aumenta el vigor corporal.
La riqueza en enzimas digestivas hace que nos ayude en las digestiones, y es muy útil en casos de úlceras de estómago, acidez estomacal o gases.
Fuente: botanical-online.com
¿Qué te parece? ¿Te ha gustado esta receta? Pues eso no es todo, ya el proceso de germinación nos va a servir también para obtener agua encimática, un elemento esencial para la elaboración de nuestra próxima receta: Queso vegano de anacardos.
En breve te mostramos cómo obtener agua encimática o rejuvelac para elaborar tu propio queso vegano.
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