La iglesia de San Francisco alberga en su interior la capilla de los huesos de Évora, una de las construcciones más estremecedoras e inquietantes de Évora y de todo Portugal.
La capilla de los huesos de Évora fue construida con los esqueletos de unas 5.000 personas de la ciudad, una obra única que nos dejó perplejos desde que pusimos el primer pie en su frío suelo de piedra.
Tétrica o solemne; fascinante o repulsiva; fruto de la mente de un genio o de los desvaríos de un loco. Independientemente de los sentimientos que pueda inspirar, la capilla de los huesos de Évora difícilmente deja indiferente a los visitantes que se aventuran a cruzar el umbral.
Una capilla con mucha historia
Construida durante el siglo XVI por tres monjes franciscanos, la capilla de los huesos de Évora fue un sitio de plegaria y meditación sobre la condición humana.
Las cuatro paredes y los ocho pilares que la componen están completamente cubiertos con huesos humanos, y le confieren la atmósfera de una cripta.
En total, se calcula que hay alrededor de 5.000 cráneos, llevados en su día desde diversas iglesias de la ciudad y convirtiéndola en uno de los cementerios más espeluznantes que se pueden visitar en el mundo.
Las columnas y los arcos, revestidos curiosamente con los cráneos y los huesos de los habitantes de Évora, conforman una original obra de arquitectura que llama especialmente la atención.
Uno de los elementos más llamativos y espeluznantes es el cuerpo momificado del obispo Carlos da Silveira. Se encuentra colgado en una de las paredes junto al cuerpo de un niño. El pequeño murió a manos de los soldados de Napoleón en 1808. A la derecha del altar encontramos los sarcófagos de los fundadores del convento.
Tras visitar el lugar salgo de la cripta y me quedo mirando la inscripción esculpida en mármol que hay en lo alto de la puerta de entrada: «Nosotros, los huesos que estamos aquí, os estamos esperando».
Una frase que, sin duda, se acabará haciendo realidad en un momento u otro. Pero por ahora tendrá que esperar. ¡Todavía me queda mucho por viajar!