Llegamos a la isla de San Cristóbal, en Galápagos, donde jugamos con los lobos marinos, descubrimos rincones mágicos para hacer snorkel y practicamos submarinismo en el León Dormido, donde nos rodeamos de tiburones, tortugas y peces de colores.
¿Te imaginas bañándote en la playa y que te vengan tres crías de lobos marinos a jugar contigo? ¿Hacer submarinismo en una de las zonas más espectaculares del planeta y cruzarte con tortugas marinas, bancos interminables de peces y decenas de tiburones? ¿Ver a centenares de lobos marinos descansando en la playa que hay a unos pocos metros de tu hotel? Todo esto y mucho más es lo que pudimos vivir en la isla de San Cristóbal, en nuestro paso por Galápagos.
Hay bastantes empresas de submarinismo que te ofrecen esta inmersión y otras de mayor dificultad en la isla. Nosotros te recomendamos Wreck Bay, que fue con la que fuimos nosotros. Nos pareció gente seria, con experiencia, buenas instalaciones y materiales y que nos explicó muy bien todo el proceso de la inmersión.
Por otra parte, si estás dudando entre visitar las Islas Galápagos, si te gusta el contacto con los animales te recomendamos al cien por cien este viaje. Si bien viajar a Galápagos no es económico, una vez allí puedes encontrar albergues a partir de 15 euros por persona (los más económicos). Si buscas precios económicos en el alojamiento y no vas en temporada alta, es mejor que los busques una vez en la isla, ya que es la manera de encontrar los precios más competitivos.
Finalmente, sobre la posibilidad de hacer una inmersión, aunque también son caras, si te gusta el submarinismo vale la pena invertirlos en Galápagos. Si bien también hay la posibilidad de hacer snorkel muy recomendables, en los que vimos varias tortugas marinas, las inmersiones te permiten ver otras especies que difícilmente verás sin oxígeno, como el tiburón martillo o, en las inmersiones más profesionales puedes llegar a ver hasta el tiburón ballena. Una experiencia sin duda única.