La quebrada de Humahuaca nos maravilla con sus montañas coloridas, que van apareciendo a lado y lado de la carretera conforme avanzamos en nuestro paso hacia Chile. Pasamos por Humahuaca y por Tilcara antes de llegar a Purmamarca y su mítico cerro de los siete colores, un auténtico festival para los sentidos.
Como en los pueblos anteriores, nos encontramos con las casetas de artesanos y comerciantes que venden todo tipo de recuerdos de Purmamarca y de la quebrada de Humahuaca. También encontramos la iglesia colonial en la plaza del pueblo y no faltan las consignas en contra de la macrominería.
Mientras hacemos a pie el camino de los Colorados, reflexionamos sobre un conflicto que afecta directamente a este bello paraje del noroeste argentino, así como muchos otros rincones de latinoamérica. Las omnipotentes empresas mineras acechan para explotar una zona que, además de ser uno de los principales atractivos turísticos del noroeste argentino, forma parte del patrimonio de la humanidad.
Turismo o minería. Preservar el medio ambiente y conservar algunas de las zonas más impresionantes del planeta o exprimir la tierra para sacarle hasta el último pedazo de mineral. La victoria del conservacionismo ambiental o del capitalismo más devastador, que llena los bolsillos de unos cuantos hoy pero destruye el patrimonio del mañana.
Dejamos atrás la quebrada de Humahuaca y pasamos a Chile por el paso de Jama. En la otra parte de los Andes nos espera San Pedro de Atacama y sus increíbles paisajes de otro planeta, que a pesar de ser únicos en el mundo luchan también contra la influencia de la macro-minería. Las tristes paradojas de América Latina.
2 comentarios en “25. El cerro de los siete colores”
Moltíssimes gràcies, Joan. Comentaris com el teu ens animen a seguir donant la informació més actualitzada i pràctica possible per compartir el viatge amb tots els seguidors.
Salut i bones rutes!!!
Felicitats!!!
Feu un viatge increíble! i una documentació al·lucinant!
Bon camí!