El sol se pone entre las palmeras, lentamente, mientras cientos, tal vez miles de pájaros salpican el lienzo de colores rojizos que forma el paisaje del parque nacional el Palmar en un atardecer de los que quedan grabados para siempre.
Más allá de las palmeras yatay que dan nombre al parque nacional, lo primero que te sorprende cuando cruzas el umbral al atardecer es la cantidad de pájaros que cruzan el cielo. Unas horas más tarde, las vizcachas salen a decenas en el camping El Palmar para deambular por el pasto, husmeando su cena durante toda la noche.
El camping se encuentra ubicado en medio de una vizcachera, un punto privilegiado en el que los usuarios de las instalaciones y las vizcachas conviven en armonía. Un buen número de carteles que exigen el respeto por estos roedores, bastante más grandes que una rata, pero mucho más pequeños que los carpinchos, el roedor más grande del mundo, que también hemos tenido la oportunidad de conocer en esta zona.
Aunque en los alrededores más inmediatos del camping no hay palmeras yatay, el parque ofrece diversas rutas para realizar en vehículo y a pie para poder caminar entre esta peculiar especie, que habita en esta zona como reducto de lo que antaño fue una zona mucho más amplia. Además, desde el camping El Palmar se pueden practicar diferentes actividades, como paseos en barco, canoas, bicicletas o caminatas, o paseos a caballo.