Durante el mes de marzo se celebra en Jaipur un evento que cautiva tanto a los indios como a los visitantes: el festival del elefante. Más de un centenar de paquidermos adornados y pintados se juntan en la capital del Rajastan para competir en belleza y estilo.
El elefante es uno de los iconos más importantes del hinudísmo, que según la tradición no se puede usar para trabajar, ya que suponría un sacrilegio. Se encuentra representado en la mayoría de templos hindús y es el centro de atracción durante el festival del elefante, que se celebra anualmente en Jaipur.
Decenas de paquidermos, decorados y pintados por sus dueños, desfilan por las calles de la capital del Rajastan para que, posteriormente, un jurado decida cuales son los tres mejores. El evento junta un buen nombre de visitantes, tanto nacionales como extranjeros.
Durante el festival también se ofrece al público espectáculos de música, danza y fuegos artificiales. Cuando termina el concurso, los turistas pueden subirse en los elefantes y se avanza la jornada del holly, una fiesta que se celebra el día posterior al festival y en el que el país entero se llena de polvos de colores.
La adoración al elefante se consolidó con la creación de Ganesha, una de las figuras más amadas por los hindús, ya que es considerado el Dios de la buena suerte. La historia dice que Shiva decapitó por error a su hijo Ganesha mientras este hacía guardia para que nadie molestara a su madre, Parvati. Cuando se dió cuenta de su error, el padre pidió a un servidor que le trajera el primer animal que encontrar. Cuando el servidor llegó con la cabeza de un elefante, Shiva se la colocó sobre los hombros de Ganesha y lo devolvió a la vida. La adoración a Ganesha es tan importante entre los fieles que en las entradas de la mayoría de casas y de las tiendas hindús se puede ver su imagen, colocada al lado de otra de la diosa Laksmi, que simboliza la prosperidad económica.