Capítulo 7. Furgo rincón de Jaume. El Collsacabra tiene un encanto especial. Cuenta con alguno de esos rincones que, una vez descubierto, ya no te lo puedes sacar de la cabeza. Sé que cuando vuelva a casa y escuche las bocinas de los coches retronando en la calle encontraré a faltar el ambiente calmado que reina entre las cinglas. No obstante, siempre podré cerrar los ojos y recordar los parajes escarpados que se precipitan sobre el pantano de Sau.
Sin duda, el recorrido por el Collsacabra que nos recomienda Jaume hará las delicias de los amantes de la naturaleza. Desde las cinglas de Tavertet hasta la carretera escarpada que llega a Rupit, uno de los pueblos con más encanto de Cataluña (especialmente en temporada baja si sois de los que huís del turismo de masas).
Àrea de servicios: La acampada libre está restringida en la zona del Collsacabra. No obstante, se puede dormir en algunos de los aparcamientos que hay en Tavertet o en Rupit. Con la furgoneta no se puede llegar a todos los rincones del Collsacabra, pero se puede llegar a dejar bastante cerca del destino. Además, vale la pena dejar la furgoneta o el vehículo por unas horas y disfrutar de un paseo cerca de las cinglas.
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El Collsacabra tiene un encanto especial. Cuenta con algunos de esos rincones que, una vez descubierto, ya no te lo puedes sacar de la cabeza. Sé que cuando vuelva a casa y sienta los ruidos de los coches en la calle echaré de menos el ambiente calmado que reina entre los riscos. No obstante, siempre podré cerrar los ojos y recordar los parajes escarpados que se precipitan hacia el pantano de Sau.
Tavertet
Volver a Tavertet ha sido una experiencia inolvidable, todo ello gracias a la recomendación del Jaume. Tengo que decir que también ha sido, de momento, mi furgo rincón preferido. Casi 15 años después de descubrirlo, he vuelto a este pequeño pueblo, con Marta y la petita cridanera. El pueblo está cambiado, fruto del turismo, pero los riscos se mantienen intactos, ajenos al paso del tiempo.
Tras hacer vía durante un buen rato por un camino de tierra lleno de abolladuras, nos detenemos a disfrutar del paisaje. Aquí, el tiempo se detiene. La naturaleza se manifiesta en la máxima potencia. Dejamos la furgoneta y seguimos el camino a pie, hasta el monte de la Fuerza. Cuando parece que el camino llega a su fin, un sendero de 30 metros nos lleva a cubrir un desnivel de 500 metros hasta llegar otra vez hasta el abismo, al borde de los acantilados. Nos sentamos en la roca y volvemos a sentir la fuerza de la naturaleza.
Rupit
El camino hasta Rupit a través de la carretera que bordea los acantilados es otra experiencia inolvidable. La vía está bastante bien para hacerla en una furgoneta sin tracción a las cuatro ruedas y las vistas son espectaculares. Además, tenemos la suerte de llegar a Rupit en temporada baja, y disfrutar de uno de los pueblos más encantadores de Cataluña antes de que el turismo ocupe la serenidad y la tranquilidad de este momento.
Esta etapa de nuestro viaje finaliza en el salto de Sallent, otra de las maravillas de la zona. Si vienes por aquí, no te la pierdas!